viernes, 10 de diciembre de 2010

EL DÍA DE LAS BIBLIOTECAS ESCOLARES EN NUESTRO CENTRO

Vianney Pérez Martín

A pesar de que no tenemos Biblioteca, no quisimos olvidar que el día 24 de octubre de cada año se celebra el DÍA DE LAS BIBLIOTECAS ESCOLARES.

El día 22 de octubre se celebró en nuestro instituto el DÍA DE LAS BIBLIOTECAS ESCOLARES. Para ello, los alumnos del 1º de Bachillerato de Artes Escénicas organizaron un acto en la media hora del recreo.

La presentadora fue Noemí Suárez.

Los alumnos interpretaron la canción de Rafael Alberti “LA PALOMA”, cantada por Cecilia Barrio.

Entre los alumnos leyeron cinco poemas que te recomiendo que leas en casa porque son muy hermosos:

  • “La ausencia”, de Federico García Lorca, interpretado por Saray Fariña.
  • “El herido”, de Miguel Hernández interpretado, por Yara García.
  • “Como un árbol”, de Pedro García Cabrera, interpretado por Janet Pacheco.
  • El último fue un poema fue de Josefina de la Torre. Lo interpretó por Melania Rodríguez.

Nos pareció una actuación increíble, por lo que felicitamos a los alumnos y a todos los que colaboraron en la celebración del acto.

Poema de Miguel Hernández

El herido.

Para el muro de un hospital de sangre.

I

Por los campos luchados se extienden los heridos.
Y de aquella extensión de cuerpos luchadores
salta un trigal de chorros calientes, extendidos
en roncos surtidores.

La sangre llueve siempre boca arriba, hacia el cielo.
Y las heridas suenan, igual que caracolas,
cuando hay en las heridas celeridad de vuelo,
esencia de las olas.

La sangre huele a mar, sabe a mar y a bodega.
La bodega del mar, del vino bravo, estalla
allí donde el herido palpitante se anega,
y florece, y se halla.

Herido estoy, miradme: necesito más vidas.
La que contengo es poca para el gran cometido
de sangre que quisiera perder por las heridas.
Decid quién no fue herido.

Mi vida es una herida de juventud dichosa.
¡Ay de quien no esté herido, de quien jamás se siente
herido por la vida, ni en la vida reposa
herido alegremente!

Si hasta a los hospitales se va con alegría,
se convierten en huertos de heridas entreabiertas,
de adelfos florecidos ante la cirugía.
de ensangrentadas puertas.

II

Para la libertad sangro, lucho, pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.

Para la libertad siento más corazones
que arenas en mi pecho: dan espumas mis venas,
y entro en los hospitales, y entro en los algodones
como en las azucenas.

Para la libertad me desprendo a balazos
de los que han revolcado su estatua por el lodo.
Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos,
de mi casa, de todo.

Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,
ella pondrá dos piedras de futura mirada
y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
en la carne talada.

Retoñarán aladas de savia sin otoño
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.
Porque soy como el árbol talado, que retoño:
porque aún tengo la vida.

Poema de Pedro García Cabrera.

Fue en tu pequeña mano,

en el mar de una mano,

donde sembré mi vida

como un árbol.

Tus dedos, nuestros dedos,

raíces de ternura.

Y nos creció la sombra como un árbol.

Mis manos en las tuyas

tus dedos injertados en los míos,

nido se hizo el árbol.

Fue en tu pequeña mano,

en el mar de una mano,

en donde nos nacimos

como un árbol.


Poema de Josefina de la Torre

Tú en el alto balcón...

Tú en el alto balcón de tu silencio,
yo en la barca sin rumbo de mi daño,
los dos perdidos por igual camino,
tú esperando mi voz y yo esperando.

Esclavo tú del horizonte inútil,
encadenada yo de mi pasado.
Ni silueta de nave en tu pupila,
ni brújula y timón para mis brazos.

En pie en el alto barandal marino
tú aguardarías mi llegada en vano.
yo habría de llegar sobre la espuma
en el amanecer de un día blanco.

Pero el alto balcón de tu silencio
olvidó la señal para mi barco.
Y me perdí en la niebla de tu encuentro
–como un pájaro ciego– por los años.


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